[AFF2025] «Harvest», la cosecha irregular de Tsangari

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No, Harvest no es ese tipo de película de relleno que toda sección oficial carga como puede. Ni mucho menos. La directora griega Athina Rachel Tsangari (ChevalierAttenberg) presenta una propuesta formalmente cuidada, rodada con ambición y recibida con relativo entusiasmo por parte de la crítica en la Mostra del año pasado, donde se presento oficialmente.. Pero la película nos ha dejado en tierra de nadie: como objeto fílmico y como experiencia.

Ambientada en un entorno rural tan áspero como hermoso, Harvest destaca, ante todo, por su tratamiento visual. La cámara de Sean Price Williams —habitual del cine indie norteamericano— traduce el paisaje en estado de ánimo, encajando muy bien con el tono huidizo del relato. La luz natural, los encuadres al borde del desequilibrio, la textura orgánica… Todo en la superficie promete. Pero cuando se escarba un poco, la película no siempre sostiene lo que insinúa.

Tsangari parece decidida a epatar. A sacudir. Y esa intención, a veces, juega en su contra. El guion no termina de encontrar una línea clara: amaga con lo grotesco, coquetea con el simbolismo, con lo psicológico… pero sin terminar de decidirse por ninguna vía. Como si la autora se conformara con la sugestión, sin concretar nunca su discurso.

El montaje, del que son responsables Matthew Johnson y Nico Leunen, contribuye a esa sensación de desequilibrio. Algunas escenas se alargan sin que quede del todo claro qué aportan, mientras que otras, más potentes o dramáticamente significativas, se resuelven con una rapidez que resta impacto. Falta ritmo, o quizás jerarquía narrativa. Eso sí: Caleb Landry Jones encarna con solvencia —y sin sorpresa— a otro de sus ya característicos personajes perturbados. Su presencia magnética, su fisicidad y ese nervio que arrastra desde Nitram o Antiviral ayudan a sostener el relato, aunque tampoco puedan redimirlo del todo. Así mismo destacables los trabajos de Harry Melling (Master Kent) y Frank Dillane (Master Jordan).

Harvest tiene ideas, estilo, riesgo. Pero también dispersión. Una cosecha desigual que deja imágenes potentes, pero pocas certezas.


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