La quinta jornada del Zinemaldia trajo dos películas de la Sección Oficial que invitan a reflexionar sobre las expectativas: una que se desinfla cuanto más se piensa en ella y otra que crece con el recuerdo. Entre medias, un mensaje desde el más allá y una reina de las nieves con colmillo afilado.

Belén (Sección Oficial)

Crónica de un desencanto crítico. Salí del pase moderadamente satisfecha, pero un comentario al vuelo bastó para que la película empezara a desmoronarse en mi cabeza. El recuerdo de La ola de Sebastián Lelio me obligó a replantearme la primera impresión. Le he reprochado a películas como Bad Apples que no tiraran más de humor; para llegar a la propuesta de Dolores Fonzi y admitir que aquí no tocaba. Tirar de humor para narrar la historia real de la joven acusada de haberse sometido a un aborto ilegal —y que desencadenó una oleada de protestas a escala planetaria— puede parecer, de inicio, un gesto de falta de tacto. Incluso de mal gusto. O de torpeza. O un poco de todo.

Que lo bien que están Laura Paredes o Camila Plaate no nos confunda: en lo estrictamente cinematográfico la película se sostiene en el buen hacer del reparto, pero carece de un estilo reconocible o de decisiones realmente consecuentes. Más que dirigir, da la sensación de que Fonzi ha organizado.

Las corrientes (Sección Oficial)

Todo lo contrario sucede con la nueva obra de Milagros Mumenthaler. Lirismo y delicadeza se combinan en un relato sobre el trastorno que sufre su protagonista —magnífica Isabel Aimé Gonzalez Sola— que hubiera podido convertirse en una ratonera argumental, al estilo de Ungrateful Beings, y que elude ese riesgo gracias a una escritura esmerada y a una realización que pone el foco en los intérpretes, dejando respirar a la historia. Una propuesta más que interesante que merecería estar en el palmarés.

El mensaje (Horizontes Latinos)

Dos años después de Piedra noche, Iván Fund presenta esta cinta sobre una joven médium de mascotas en plena crisis económica. Con una excelente fotografía en blanco y negro, El mensaje se convirtió en una prueba exigente para el pase de las 16 h, pero la belleza de su blanco y negro y su mirada melancólica recompensan el esfuerzo.

La tour de glace (Tabakalera)

Más “limpia” que sus propuestas anteriores, Lucile Hadžihalilović filma un tour de force entre Marion Cotillard y la debutante Clara Pacini para narrar la historia del rodaje de una adaptación de La reina de las nieves. Una reina fría y egoísta que intentará succionar la vida (¿literalmente?) a la joven subyugada. La directora equilibra la fantasía y el juego metacinematográfico con su habitual precisión, construyendo un cuento helado que hipnotiza y perturba a partes iguales.

Un día de contrastes: el desencanto que crece con la reflexión, la delicadeza que se afianza con el recuerdo, y un par de propuestas que recuerdan por qué el Zinemaldia sigue siendo un terreno fértil para la sorpresa.