Apostatar: Abandonar [una persona] su religión o sus ideales para seguir otros diferentes.
En El Apóstata la vida del protagonista pasa, las cosas suceden, pero él es un actor secundario, a la espera de que le llamen a escena, sin darse cuenta que ya está en el escenario y de que es el protagonista. El peluca está, y ya.
Eterno estudiante del último curso de la carrera, eterno enamorado de su prima, eterno empieza-lo-todo-y-acaba-nada. Ante una repentina pérdida de fe, y arrastrado por opiniones ajenas, decide apostatar… Decide poner en marcha todo el proceso. ¿Decide? No. Como todo… Le pasa. Entre idas y venidas, Álvaro Ogalla lleva sobre sus hombros el peso de su hastío vital y de la película. Maravilloso personaje en el que no podemos dejar de vernos reflejados
El Apóstata descansa en su interpretación y en un guión sencillo, pero que da mucho peso a la palabra: pensamientos y cartas que El peluca utiliza para relatar su vida. Bárbara Lenie, con su pequeño personaje es la luz de la película, y vuelve a llenar la pantalla con su atractiva presencia. También Marta Larralde demuestra presencia y buen hacer, aunque su personaje resulta menos agradecido.
Película de diálogos y personajes, Federico Veiroj ha logrado unir a una crítica a la que High-Rise ha dividido. Pero esa es otra historia.