Quedan pocas horas para que se inicie la tan ansiada como temida 68ª edición del Festival de San Sebastián. La pandemia que nos confinó, arrasó con los Festivales de primavera (¡Ay, Cannes) y con muchos del verano. Pero la nueva normalidad nos vuelve a reunir en una ciudad que adoramos. Y por algo que nos chifla: el cine.

Hace dos semanas, Venecia se erigía como el certamen internacional que, adaptando su capacidad y su organización, daba el paso al frente y apostaba por lo presencial. A nivel nacional, Málaga marcaba el camino a este Zinemaldia. ¿Qué esperamos para esta edición? Mucho cine, obvio. Y ansiamos alguna obra rotunda. Pero serán la ilusión, la cautela, la distancia, las mascarillas y el hidroalcohol las palabras que siempre estarán ligadas a eta edición.

Venimos con ganas atrasadas de Festival, no lo podemos negar. Con más mascarillas de las que vamos a utilizar, obviamente. Y, una vez recogidas las entradas, con algún hueco en el horario previamente establecido, que deberá ser cubierto… por más cine, claro. Alguna de las que comentamos en el podcast previo, no han podido ser (entradas agotadas), otras con las que no contábamos han entrado… Pero eso os lo iremos contando día a día.

Mañana a las 10 de la mañana, descubriremos lo nuevo de Woody Allen. Y eso, para muchos ya es toda una liturgia cinéfila. Como lo es el paseo del Kursaal al Victoria Eugenia, de Tabacalera al Principal, o del Trueba al Príncipe. Y como lo es poder ver caras conocidas y saludar a amigos. Donostia nos acoge un año más. Esperemos que, poniendo un poco de nuestra parte, no se arrepienta de hacerlo.