La semana que viene conoceremos quienes son los ganadores de los Premios Feroz. Premios previos a los Goya que, en este caso, concede la Asociación de Informadores Cinematográficos de España. Como cierre del curso 2016, y antes que la Academia nombre a los que en opinión de la Industria son los mejores del año, distintas Asociaciones señalan a los suyos.
Cuarta edición ya, en la que los plumillas de todo pelaje vuelven a elegir de entre la producción nacional lo que se considera «mejor». Se echa de menos, un año más, la presencia de producciones más pequeñas, más personales.
Como repaso previo, os dejamos las candidatas a ser la Mejor película de comedia.
Kiki, el amor se hace
Paco León tiene el cariño de la prensa. Carmina y Amén se alzó con el premio a la Mejor Comedia y podría repetir premio con esta historia que ha convencido también al público.
María (y los demás)
María es Bárbara. Bárbara es María. La dirección de Nely Reguera se erige firmemente afianzada sobre un guion en el que se equilibra la comedia con un regusto melancólico. Pero es la mirada de Bárbara Lennie, sorprendida ante las trabas que la vida parece disfrutar en poner en su camino, la que llena la pantalla. Su María es una muestra más de su talento, pero la película llega a este quinteto final por saber jugar con todos sus elementos.
La noche que mi madre mató a mi padre
Posiblemente sea la propuesta más desenfadada, más cómica, de todas las candidatas. Lo estrambótico como línea a seguir, en la que el reparto parece abrazar sin pudor lo exagerado y el vodevil que Inés París plantea.
La puerta abierta
Carmen Machi está presente en un puñado de las producciones nacionales del 2016. Suyo es uno de los momentos más emotivos de Rumbos, pero especialmente destacable es su interpretación en Las Furias y en La puerta abierta. La película se basa en las potentes interpretaciones del reparto femenino y entre ellas Machi encaja ese juego tan peligroso de hacer reír con el drama.
El rey tuerto
El rey tuerto es otra comedia que extruja las risas de un fondo dramático. Cargada de buenísimas escenas, la película logra introducir el drama personal y la parodia social en una fina dialéctica, en la que brillan Alain Hernández y Miki Esparbé.