Festival de San Sebastián 2018: día 9. Crónica de una clausura potente y palmarés

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El viernes 28, cuando hacíamos cola para recoger invitaciones para el día siguiente, comenzó esa sensación de cansancio mezclada con melancolía que suele darse cuando finaliza un Festival. Cansancio porque se acumulan las películas, las pocas horas de sueño y el comer a deshoras van haciendo mella. Y melancolía… porque no queremos que se acabe. Pero hay que bajar el telón. En esta ocasión, el elegido para ello fue Drew Goddard.

Bad times at the El Royale: punto final con ritmo

Reconozco que, si he de saltarme una película en el Zinemaldia, esta es la clausura (fuera de concurso). Sin embargo, este año no hubo horas de sueño por recuperar que valieran. El sábado, a las 9 de la mañana, en un K1 con poquísimas butacas libres, asistimos a la proyección nueva película de Drew Goddard (La cabaña en el bosque, 2012). Una fiesta de golpe, sobresaltos, buenísimos actores y todo lo gamberra que cabía esperar.

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Bad times at the El Royale muestra sus cartas bastante rápido. Muy pronto nos daremos cuenta de que nadie es quién dice ser. Pero más que jugar a engañarnos, Goddard juega con nuestra percepción de las apariencias ajenas. De quién nos fiamos y de quién no, basándonos en una primera impresión. A partir de ahí, se organiza una reunión de personajes a cada cual más extraño, más violento. Un cadáver a los postres, aunque el muerto aparece antes del aperitivo.

Con dos primeros actos que funcionan muy bien, la película se encalla un poco en el episodio mesiánico de Chris Hemsworth. Cierra, eso sí, con un estupendo epílogo. La cinta funciona como un buen divertimento y fue una de las mejores clausuras de los últimos años.

Y aquí os dejamos aquí el palmares de la edición de este año del Zinemaldia.