Domingo 31 de Julio. 9 de la noche. Patio de La Misericordia. El tan sobado como real «marco incomparable» para celebrar la Clausura de la versión mallorquina del Atlántida Film Festival. Emoción entre los organizadores. Y entre los asistentes una mezcla tan propia de una Clausura de Festival: los que van por el cine; los que van a pillar una foto de La Reina*, o de Doña Letizia; los fiesteros y los que van a poner el sello en su carné de veraneo mallorquín.

Entrega de Premios
Mejor película: Softie, de Samuel Theis.
Mención especial: Juscqu’ici tout va, de Francesc Cuéllar.
Jurado: Leticia Dolera, Eneko Sagardoy, Nacho Vigalondo, Mateu Bibiloni, Paula Martín y Sophi Burgüer.
Premio del público: Soul of beast, de Lorenz Merz.
Premio de la crítica: Bruno Reidal, confesión de un asesino, de Vincent Le Port.
Homenaje a Isabelle Huppert*
Lo cierto es que fue uno de los momentos de la noche. Tener a Sergei Loznitsa y Neil Jordan como primeros galardonados con el Masters of Cinema, premio con el que el Atlántida Film Festival distingue a figuras relevantes del cine, ya da una idea del nivel que está alcanzando el Festival. Pero tener a Isabelle Huppert ya lo lleva a otro nivel.
Una de las actrices más interesantes e importantes de la actualidad se dirigió a los asistentes empezando con un Moltes Gràcies! Recogió el premio de las manos de Doña Letizia, dio un discurso de agradecimiento sobrio, como ella misma.
Tras la proyección de El falsificador, salió al escenario Amaia. Sentada al piano, encandiló al público.

El Atlántida ya es uno de los eventos culturales más importantes del verano mallorquín. Como el propio Jaume Ripoll afirmó: “Es un honor que la Reina esté aquí, pero sobre todo quiero dar las gracias al público. Sin vosotros esto no sería posible”.